Solamar, tradición en gastronomía

Loja tiene una gastronomía exquisita y muy variada, no solo en la ciudad, sino en sus barrios como es el caso de Solamar que pertenece la parroquia El Valle. Este barrio se encuentra a cuarenta y cinco minutos de Loja, para llegar al sitio se debe tomar la llamada vía antigua a Cuenca, es decir la vía Loja – Las Juntas, para recorrer aproximadamente 21 kilómetros en cuarenta y cinco minutos por el precario estado de la vía, ya que no cuenta con lastrado ni asfaltado, en la que predominan los baches y el polvo, donde los moradores deben regar el suelo para evitar que el mismo llegue a sus alimentos.

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Al llegar a Solamar se encuentran unas pocas casas, una iglesia y una pequeña escuela. Su principal sustento económico es la agricultura, sin embargo los fines de semana la gastronomía da vida al lugar, ya que al ser unos de los barrios más productivos del norte de Loja se puede encontrar platillos como cuy, gallina criolla, tortillas de maíz blanco, truchas, chanfaina y la tradicional fritada, platos que se ofrecen desde hace décadas atrás.

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Esperanza Poma es una de las mujeres que lleva vendiendo fritada en el lugar por más de cuarenta años, es ella quien nos comentó la preparación de la fritada. Al empezar la venta desde las 6:00 am, es necesario dejar preparando muchos de los ingredientes el día anterior, por ejemplo la papa, el tomate y la cebolla con los que se prepara el curtido que acompañará el plato. Pero para preparar la tradicional fritada se empieza mucho antes de matar el cerdo, la labor emprende desde que se compra al animal, a este se le deja sin comer, para luego matarlo, sacarle las vísceras y limpiar sus entrañas, esto con el fin de garantizar la salubridad y calidad de la carne.

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Sin embargo, el secreto para preparar una fritada con un sabor que haga la diferencia y que de fama a la gastronomía de Solamar, es la forma en que se cocina la carne del cerdo. Para preparar los deliciosos cueritos se utiliza una planta nativa conocida como llashipa, esta planta cuando está seca es potencialmente inflamable y la misma que el sabor y la sazón especial de la carne; así que se cubre todo el animal para cocerlo de 45 minutos a una hora dependiendo del tamaño del cerdo y del grosor de su piel.

A las cinco de la mañana se cocina el jamón, cuando el agua se consume el jamón expulsa la manteca, en ese momento se le agrega la carne y se la fríe hasta dorar. De esta preparación se obtiene la fritada y la manteca, además, para acompañar a la fritada se fríe en la manteca obtenida plátanos maduros. Para preparar la chanfaina primero se cocina el arroz con la papa y la menudencia, al final, el plato es servido con chanfaina, mote, plátano maduro, ensalada y la deliciosa fritada.

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Se puede encontrar la fritada los viernes, sábado y domingos, sobre todo los primeros dos días desde las 6:00 am hasta las 18:00. Los platos se encuentran desde los dos dólares, también se puede comprar la carne y la infaltable fritada a 10 dólares la libra. Por si su camino los lleva por la vía Loja – Las Juntas, es un requisito probar la deliciosa fritada de Solamar, y encontrarse con la amabilidad y hospitalidad de sus habitantes.

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Por: María José Aguilar y Lenin Pacheco

Vivir después del acoso sexual

Las dos situaciones que marcaron mi adolescencia de manera negativa. Después de algunos años he decidido de alguna manera contarlo porque aunque todavía no logro superarlo es la mejor manera de empezar a cerrar el círculo, sin embargo sé que eso es una utopía, porque no se puede sanar los recuerdos, esos quedan para siempre.

El primero sucedió cuando tenía 16 o 17 años. En ese tiempo yo había hecho la Confirmación, en la Iglesia Católica a la cual pertenece mi familia y de la que somos muy cercanos, razón por la que decidí ser catequista y de la que me sentí muy bien siéndolo hasta cierto punto. En ese lugar conocí a X,  un catequista con el que tenía una buena amistad. Un sábado de clase fue a la escuela donde nos reuníamos y me sorprendí al no encontrar a nadie en el lugar, excepto a X, así que le hago saber mi inquietud, entonces el me comenta que los chicos tienen una actividad, evangelización puerta a puerta, pero que primero tenían que llegar a la escuela, para salir desde ahí. Como nuestras aulas estaban juntas, me dijo subamos, y a ahí los esperamos, y así lo hicimos. En el aula yo me senté en uno de los pupitres, y él se paró frente a mí y me empezó a preguntar sobre el fin de semana y otras cosas que con el tiempo he olvidado. En cierto momento se acercó tanto a mí que me sentí incómoda, me puse de pie para apartarme de él, sin embargo, X me tomó de los brazos y se acercó a mi rostro intentando besarme, sentí tanto terror que comencé a temblar y las lágrimas caían por mi rostro, mientras trababa de soltarme, pero él me sujeta cada vez más fuerte y me decía ¿qué pasa? ¿Por qué lloras? ¡Tranquila, no pasa nada! Entonces él me sentó en un pupitre, mientras él se paró frente a mí, sin dejarme salir. Sonría cínicamente y me repetía ¡No llores, no pasa nada! ¿Estás bien, qué pasa? Hasta que en un momento él mira hacia otro lado, distraído, entonces me levanté para irme, y él avanzó a tomarme del brazo y me giró hacia él, tratando de escapar daba pasos hacia atrás hasta que me di un fuerte golpe en un librero del salón, al golpe él se asustó, supongo por el ruido que hizo, en ese instante me soltó y salí del aula que quedaba en un tercer piso, bajé las escaleras corriendo, casi tropezándome, llorando.

Cuando salí de la escuela encontré a tres de mis alumnos que esperaban a que una madre de familia los llevase al lugar de concentración, traté de disimular que nada pasaba y les dije que yo iría con ellos. Mientras tanto X bajó, al verme me dijo con mucha serenidad, quieres que te lleve en mi carro. En ese momento supe, que él siempre supo que la escuela no era el lugar de concentración y que aprovechó que el lugar estaba vacío para poder abusar de mí. Yo no acepté ir con él, sentía terror al verlo.

Terminada la actividad, llegué a casa, lo primero que hice fue contrale a mi mamá lo que me había sucedido y ahogada en llanto, le dije que no quería volver a la catequesis, en ese momento ella se enojó y me dijo que si yo hacía eso, la personas se darían cuenta de que algo había pasado y que no debía hacer eso, además alegó que muchos chicas jóvenes se casan con sus docentes, alegando que aunque él tenía edad para ser mi padre, tal vez él solo estaba enamorado de mí. Estaba completamente destrozada, tenía miedo, lloraba constantemente, yo no podía ser la misma. En esa misma semana, teníamos una actividad denominada Noche blanca donde los estudiantes marchaban por la paz, junto con sus docentes. Por supuesto que yo no quería ir y eso les dije a mis padres; estaba sentada en el comedor, mamá me quedó viendo y dijo “te vas y punto”, yo empecé a llorar desconsolada diciendo que no quería ir porque tendría que verlo, ella volvió a repetir “te vas y punto” a lo que contesté “no quiero ir, yo me morir”. En ese momento ella caminó hacia mí y me cacheteó, me tomó del cabello y caí de radillas en el suelo mientras ella me golpeaba en la cara, todo eso en frente de mi papá y mis hermanos, quienes no sabían nada de lo que ocurría. Ante esa situación no me quedó más que irme. Al momento que me despedí de mi papá, él me dijo que no llorase, que todo estaría bien y salí con mi hermano menor, ya que en ese tiempo él estaba en niveles inferiores de la catequesis, mientras caminábamos le conté lo que sucedió, él, siendo menor, siendo aún un niño dijo que todo eso estaba mal y que no permitiría que nada me pase, me quedé toda el tiempo junto a él y sus amigos, con suerte no lo vi a X. Luego de eso inventaba excusas para no volver a clases, así terminé dejándolo para siempre. Pero no he podido olvidar todo lo que ocurrió y no pensé que dos años más tarde la historia se repetiría, pero más doloroso y con alguien que gozaba de mi afecto.

El segundo episodio sucedió hace dos años, cuando mi hermano estaba por graduarse del colegio, recuerdo que era Marzo, yo estaba en vacaciones de la universidad, así que tenía mucho tiempo libre. Mi mamá me pidió que vaya con mi papá a la casa de un familiar, a quién no mencionaré porque de cierta manera esto es un secreto. Ante ese pedido, acepté ir para ayudarle a escoger la ropa que usaría al siguiente día en el grado de mi hermano. Una vez ahí, mi padre salió a hacer algunas actividades en el campo, mientras yo me quedaba con él para hacer lo que me había pedido, así que fuimos a su habitación, una vez que encontramos la ropa, le explicaba a la hora que tendría que ir, entonces él me miró fijamente y pensé que algo le pasaba y estaba mal, me abrazó, mientras yo intentaba consolarlo, sin embargo, él no estaba mal, porque empezó a bajar sus brazos hasta mi nalgas y a tocarme los senos, mientras yo no sabía qué hacer cuando acercó su rostro al mío, intentando besarme, en ese momento yo lo separé de mí y sin saber lo que hacía, fui a la cocina pensando si todo era un pesadilla o si tal vez las cosas no fueron lo que creí, pero no había duda, entre tanto él me siguió y yo le dije algo como ya le dejé ahí las cosas, mañana va, no sé con qué fin tal vez para que él no tuviera nada más que decirme, sin embargo, tomó mi mano y con fuerza me acercó a él tratando nuevamente de besarme, pero yo me solté y me alejé, ante eso él me dejó. Cuando llegó mi papá, no pudo contarle nada, y volvimos a casa. Nunca dije nada a mi familia. Los siguientes días, fueron una tortura no sabía qué hacer, lloraba cuando estaba sola y pasaba la mayor parte del día perdida en mis pensamientos, hasta que mi hermano mayor me preguntó si me ocurría algo, sin embargo no pude decirle nada y le aseguré que todo estaba bien. Ahí ya tenía pareja, así que fue a la única persona que sentía que podía contarle, él me dijo que debía hablar, que podía volver a ocurrir, pero nunca pude decir nada. Y aunque hoy siga llorando por estos episodios, no puedo contarlo porque tengo miedo que no me crean o si lo hacen, piensen que no está mal. Porque es más duro sentir que no puedes contar con nadie, cuando estás destruida y sientes impotencia y odio ante tanto daño.

Han pasado los años y no he podido superar lo que pasó, hay temporadas en las que los recuerdos son más claros y me ánimo se torna sombrío, no puedo estar tranquila, tengo miedo de quedarme sola con cualquier hombre, aunque este sea de mi confianza como mi papá o hermanos, porque he visto que por más cercana que pueda ser una persona eso no le impide hacerme daño. Tengo pesadillas, sobre todo con lo último que me sucedió, supongo que es porque cada que voy casa tengo que verlo y fingir que no pasa nada o inventar algo para no ir a verlo. Todo esto es el miedo constante de estar viva.